Granallado en la fabricación de ventiladores
El granallado es un proceso de tratamiento mecánico de superficies que se utiliza en la producción de ventiladores (por ejemplo, ventiladores de túneles de metro, ventiladores de ventilación, ventiladores de extracción de humos) para lograr varias funciones críticas:
Limpieza de Superficies: Elimina impurezas como óxido, cascarilla de laminación, capas de óxido y contaminantes de las superficies metálicas, garantizando un sustrato limpio para recubrimientos o tratamientos posteriores.
Activación de Superficies: El proceso crea una textura uniforme y ligeramente rugosa en el metal, lo que mejora la adhesión de pinturas, recubrimientos o capas anticorrosivas, aumentando así su durabilidad a largo plazo.
Alivio de Tensiones: Al bombardear la superficie con abrasivos metálicos de alta velocidad (p. ej., granalla de acero), el granallado induce tensiones residuales de compresión. Esto refuerza el material, reduce las grietas por fatiga y mejora la resistencia al desgaste y la deformación bajo tensiones operativas.
Desbarbado: Suaviza los bordes afilados o las rebabas resultantes del mecanizado o la soldadura, garantizando una manipulación más segura y una dinámica de flujo de aire más fluida en los componentes del ventilador.
Resistencia a la corrosión: al eliminar las capas superficiales débiles y permitir una adhesión eficaz del revestimiento, el granallado extiende significativamente la vida útil de los ventiladores expuestos a entornos hostiles, como humedad, productos químicos o altas temperaturas.
En general, el granallado mejora la integridad estructural, la confiabilidad y el rendimiento de los ventiladores, lo que lo hace esencial para aplicaciones que exigen altos estándares de seguridad y durabilidad.



